domingo, 30 de diciembre de 2012

Buenas noches






Nunca lo pactaron verbalmente, pero fue como un acuerdo tácito que se metía cada noche en la cama junto a ellos dos.
Si él le decía “buenas noches” y se giraba, dándole la espalda, eso implicaba que esa noche no habría sexo. Y tampoco habría caricias, ni abrazos, y con el paso del tiempo ni un beso siquiera.

Cuando en cambio él se metía en la cama y no decía nada, quería decir que tarde o temprano sus manos se posarían sobre ella, generalmente empezando a acariciar su espalda, su pelo, acercándose más a ella, besando su nuca, apretando su miembro cada vez más erecto hacia ella….y ella se dejaría hacer, correspondiendo con gestos y caricias a su petición, hasta que se giraba y él se posaba sobre ella para colmarla de placer.

Ese acuerdo nunca firmado y que nunca fue de mutuo acuerdo hizo que él hiciese cada vez más patente y latente su falta de deseo hacia ella.

Y ella, sintiéndose poco mujer, poco atractiva ante los ojos de él y mucho menos deseada, se dejó llevar, y dejó de intentar acercarse a él tras varias negativas, y abandonó también el deseo.

Y durante años, la actividad en aquella cama dependía única y exclusivamente de esas dos palabras: buenas noches, siempre pronunciadas por él.

La última vez que él se acercó a ella, la tocó, íntima y dulcemente, y ella sintió mezcla de placer y dolor. Sin premeditación, y sin saber si hablaba su mente, su corazón o su sexo, le dijo “buenas noches”, se giró y no ha habido desde entonces más noches compartidas

lunes, 12 de noviembre de 2012

+ de 2

Remitido por "bouchard":

Hola Vlixes: Cuándo llegué a este blog a través de un comentario tuyo en otro, no necesité más que leer unas líneas para sentirme identificado con loque describes en tus enradas.
Creo que puedo considerarme una persona hedonista, pues aprecio los placeres de los que puedo disfrutar en esta vida.
Claro que como no nací rico, me veo obligado a trabajar para vivir, por lo que mi hedonismo se queda muchas veces en la imaginación y el deseo.




Entre todos los placeres carnales, el del sexo, es quizá el más placentero, puede el que de manera más asequible podemos disfrutar, pues sólo requiere contar con alguien con mutuo deseo por uno, por lo que ha sido uno de los que más he procurado cultivar. He vivido en este aspecto experiencias muy placenteras.

Tras años de convivencia con la misma persona es fácil caer en cierta rutina, y no soy en ese sentido una excepción.


En la relación sexual con mi pareja, casi siempre he sido yo el que ha llevado la iniciativa. Muy pocas veces ella ha iniciado los juegos, si no en momentos en que yo previamente había preparado (a veces con mucho tacto y esfuerzo) el terreno.
Lo mismo ha ocurrido con los nuevos juegos, caricias, disfraces, escenarios, variaciones, compra y uso de productos o juguetes, en fin, la pimienta para aderezar de cuándo en cuándo el menú del día para convertir el “hoy toca” en algo más lúdico y divertido.
Según la situación, el humor y la receptividad de mi compañera en ese momento, los resultados han sido dispares, por lo que, cuándo se me ocurría algo, antes de proponerlo le daba muchas vueltas al asunto para no errar el tiro.
Desde hace años la situación  se ha agravado, y la rutina se ha instalado definitivamente en nuestra relación.
Procuro hacer memoria para establecer una fecha del inicio de su inapetencia, de su falta de deseo cad avez más acentuada, de cuándo empezaron a espaciarse los encuentros sexuales más allá de lo razonable.
Al no lograr establecer la fecha del inicio, se me ocurrió (cosas que pasan por la mente en algún momento de las muchas horas meditando, a veces alternando con cigarritos inspiradores)  cambiar el motivo a evocar repasando recuerdos: En lugar de intentar recordar “los vacíos”, trataría de evocar “los polvos de los buenos tiempos,” y tratar de casarlos con otros hechos de los que conociera la fecha de su acaecimiento”.
Y así llegué a recordar algunas de las últimas fiestas privadas, y en todas había una constante: El bebé no había nacido.
Para no fiarme de la primera impresión, y confirmar o descartar la frontera en “desde que nació el bebé”, traté de recordar algún revolcón grandioso y situar dónde estaba el nene, y no pude recordar más que  fiestas fallidas, y muy pocas "especiales":

- Escapada al campo al atardecer con una botella de cava y dos copas escondidas en el maletero par darle una sorpresa, que acaba con “vámonos que no me siento agusto aquí”, y al llegar a casa ni se acuerda de a qué habíamos ido al campo;
 - Tarde en jacuzzi privado que acaba en discusión a viva voz regresando en el coche; 

- 14 de febrero con escenografía y atuendo para la ocasión (esta la montó ella) que acaba en discusión por ataque de cuernos; 

- Striptease (mío) espontáneo e improvisado, con transparencias, luces... que finaliza con un “ponte ya el pijama, que pongo la peli”... 
Y en el haber, un par de escapadas a hotel con encanto con buen resultado (ambas sorpresas montadas por mí, en una de las cuales me gasté lo que no tenía), un par de polvos memorables a mi vuelta de sendos viajes, y los más,  polvos de trámite, y últimamete, escasamente uno al mes.
Como seres humanos, afortunadamente contamos con imaginación y creatividad para ir un poco más allá de la situación y la realidad momentánea.
Aparecen o creamos en nuestra mente fantasías de distinta naturaleza que incorporamos a nuestros juegos, aportando nuevas sensaciones, al imaginarnos en la situación descrita.
En alguno de estos polvos “porque toca”, y para poner un poco más de picante, en los momentos de alta excitación, regalaba sus oídos  desgranando con lujo de detalles diversas fantasías.
    En estas fantasías a veces daba entrada a otras personas, normalmente anónimas, no fuera a ser que el "conocido" elegido no fuera de sua grado.
Desde hace tiempo fantaseo con acariciar y ser acariciado otros cuerpos, ser acariciado por otras manos; en fin, sentir de cerca de otras personas además de a mi compañera, e igualmente, que ella recibe las atenciones de otras personas.
En la pasión de algunos encuentros sexuales, mientras gozábamos de nuestros cuerpos inventaba y le relataba historias donde intervenían otros.
Es una fantasía recurrente en los hombres soñar con que están siendo agasajados por dos mujeres, que a su vez interactúan entre ellas.
Esa, en cambio, no ha sido mi fantasía más habitual.
A veces, cuándo la veía tan excitada en los juegos previos,  empezaba a contarle en detalle cómo otro hombre se acercaba y la comenzaba a acariciar, besar,  chupar...,  En estos momentos  notaba cómo le gustaba el relato y cómo se excitaba con mis palabras. Al cambiar de postura y juego mutio, interrumpía la narración, y cuándo me parecía seguía con ella. Cuándo, normalmente ya acoplados y camino del éxtasis, en ese momento reanudaba el cuento, notaba cómo ella aceleraba sus movientos de cópula para adelantar la llegada de la explosión final. 
Otras, al inicio del cuento, con la descripción del entorno y los participantes, le preguntaba sus preferencias de la historia, como cuántos machos quería que la atendieran, y la respuesta más habitual era: 
- Trrrreeeeeesssssss. 
- ¿Tres? ¿No tienes suficiente con dos?
- No, tres, mejor tres.
Y continuaba desgranando los juegos que orquestábamos entre los tres con el único fin de satisfacer su lujuria y llevarla a fundirse con las estrellas cuándo su cerebro no pudiera asimilar ya más dopamina, serotonina ni demás -inas que licúan la materia gris en el momento sublime en que el nada más importa que sentir la descarga que sube por la columna estremeciendo cada una de las vértebras.
Al acabar, en cambio, si yo en algún momento me atrevía siquiera a insinuar contactar con otras personas para ver la posibilidad de hacer algún juego real  (empezando por algo suave, como que alguien nos haga fotos a ella o a nosotros dos mientras jugamos), se negaba de plano.
 Algo que no me encajaba mucho dada la lujuria que le había despertado antes lo relatado por mí.


Ahora bien, no todos tenemos las mismas fantasías, ni de la misma intensidad, o aún teniéndolas, no las aceptamos ni incorporamos en el mismo grado que nuestra compañer@.
Cuándo le pedía que ella también me relatar alguna fantasía que le excitara,a duras penas alguna vez hilvanó un esbozo, ysiempre comprometida por mi insistencia, ypronto me daba cuenta de su incomodidad, por lo que cambiaba de tema, y  muy pronto dejé hasta de insinuarlo siquiera. Al acabar casi todos estos polvos en los que, o le contaba o le pedía idear situaciones, casi siempre me recriminaba el ”que quisiera meter a otros en nuetra relación”  “que ella no quería estar más que conmigo”
Como decía anteriormente, en un momento determinado la curiosidad  de una persona respecto a algo concreto no tiene por qué ser igual a la de su “partenaire”. Si esta situación se repite, y las coincidencias no aparecen nunca, se opta por (aunque se sigan teniendo las fantasías) guardarlas para uno mismo y no exteriorizarlas nunca, llegando a pensar: ¿Soy un extravagante? ¿Esto que me pasa es normal? Dudas similres a las ya superadas de la adolescencia.
Cierto día de primavera, se produjo un hecho que me llamó la atención. Tras una cena con otra pareja, sepropone por uno de los cuatro (no ella, evidentemente) un juego caliente. La desnihibición del alcohol facilitó aue participara de buen grado, sin niguna presión. No me extrañó demasiado que se prestara al juego, pues un poco antes de la cena,  había presenciado algo que en ese momento me sorprendió, pero no me desagradó: Otra  persona con la que ambos estamos tomando elaperitivo, se acerca a darle un beso , y ella le corresponde. Un beso caliente, no muy largo, pero con entrelazado de labios y leve saluuo entre ambas lenguas. Entonces estábamos conel primer vaso de vino, por lo que aún no le podía achacar el atrevimiento al alchool.
Para mayor sorpresa aún, aldía siguiente,ademas de resaca, tenía  cargo de conciencia, advirtiéndome en primer lugar que lo había hecho para seguirme la corriente, y que no pensara que por lo de anoche ya nos habíamos convertido en una pareja liberal y que a partir de ahora  íbamos a follar por ahí con todo el mundo.
Evidentemente, no éstos no son temas a tratar con cualquiera, y a falta de alguien con quién hacerlo, podemos informarnos bebiendo de distintas fuentes, hoy más que nunca a nuestro alcance; en ningún otro tiempo hubo nunca tal cantidad de información a disposición prácticamente de todos, (libros, revistas, películas, y cómo no, en la fuente de información actual por excelencia: la red de redes, internet).
Conoces entonces de la existencia de foros donde se habla de estas fantasías, portales y clubs de parejas que contactan con otras para compartir (o realizar) sus fantasías. 
Para no hacer esto demasiado largo, mejor sigo con ello otro día.
Un saludo .Gracias por ofrecereme tu sitio para poder contar mi caso   

miércoles, 6 de junio de 2012

Ya no la deseo

 He conseguido dejar de desear a mi mujer. ¿Cómo? A fuerza de reprimir el deseo, éste acaba por atrofiarse
Y, ¿Por qué reprimir el deseo?
Por diginidad
¿?
Cuando las excusas para no tener encuentros sexuales se suceden una y otra vez, por lo que se van espaciando cada vez más,
Cuando los que se producen siempre son por iniciativa mía, pues jamás ella muestra deseo alguno hacia mí, ni se acerca, ni me acaricia…
pues eso, que un día uno dice:
Caramba, ya está bien!
“Si, como dice cuando hacemos el amor, le gusta tanto, pues que sea ella por una vez la que dé el paso y se me insinúe si quiere algo”.
Y claro,como no lo hace, pasamos un día y otro, y una semana y otra sin apenas contacto físico más allá de un beso de buenas noches y otro de buenos días.
Así que, a pesar de que la carne es fuerte y a veces cuando la veo en según qué situaciones saltaría sobre ella como un león, me contengo cada vez más para conservar algo de dignidad.
Como no se me ocurriría contar esto a nadie que la conozca por respeto a su intimidad, he encontrado aquí el lugar idóneo para ello, y de paso desahogarme.
Este es el inicio de mi nueva doble vida:
Compartir esto con vosotros.
Iré poniendo aquí mis reflexiones sobre mis relaciones de pareja. Seguro que hay más personas en mi situación, con quienes espero departir desenfadadamente, compartir secretos y lo que se nos ocurra.
Agradezco a Mss O´Hara que haya puesto a nuestra disposición este espacio para poder sincerarnos anónimamente. Le mando un cariñoso abrazo a ella y a todos los participantes en este foro. CycC

Esta es la primera confesión pública que hice de mi propósito de iniciar una doble vida, calculo que a finales de enero, por las fechas de los comentarios; un poco antes de poner al problema de mi pareja el nombrecito de la entrada anterior, y de encontrar todos los artículos sobre este asunto mencionados allí.
Las iniciales de la firma son las que al final han dado nombre a este blog

Puedes leerla con los comentarios de otros en:

Tardé un poco en publicar la continuación: 

He intentado de todo para sacar a mi pareja de esa situación ( incluidas visitas a psicólogos). Algunas, esporádicamente han funcionado, otras no, pero uno se cansa de ser siempre el que tira del carro. Mi autoestima diariamente se ve afectada al no sentirme nunca deseado y ya he desistido de arreglar nuestra relación, al menos en lo tocante al sexo.
Así que he tomado algunas determinaciones al respecto, para al menos no quedarme yo célibe para siempre:
1 No proponerle nunca más sexo. He llegado a la conclusión de que no se merece los estupendos polvos que le (nos) he proporcionado. Si hubiera dependido de ella, habrían sido muchos menos, y peores
2 Si ella insinúa, pero no propone directamente, hacerme el sueco (he aprendido mucho de tanto sufrirlo)
3 Si propone directamente, depende de cómo me pille (Tampoco soy un asceta, la carne es fuerte y yo paso mucha necesidad)
4 He decidido cruzar el Rubicón, así que ya sólo me queda buscar con quién, cómo, cuándo y dónde.
Un abrazo solidario a tod@s los que sufren este problema, que por un casual he podido ver en otro foro que los sexólogos llaman procrastinación que somos multitud, hombres y mujeres.
Hasta pronto. CycC


En esta segunda confesión, más debatida que la primera, prometí a una de las comentaristas contar mi primera infidelidad, que es lo que estoy haciendo en mi blog  http://erodisea.blogspot.com.es/



sábado, 2 de junio de 2012

ERO-PROCRASTINADOS

Al final he optado por crear un blog propio para encontrarnos aquí todos los afectados por lo que podríamos llamar "parejas procrastinadoras", tanto hombres y mujeres, que como fácilmente se puede comprobar, de todo hay. 

¿Qué c... es esto?

y desde entonces, no sé si por casualidad, me he encontrado varias publicaciones al respecto, unas nombrando esto tan difícil de pronunciar, otras no, pero tratando el mismo problema. 
Casualmente, no sé si por pura coincidencia, el mismo mes se publicó   


entrada repetida que es, junto a algunos comentarios, lo que ha precipitado que primero añadiera esta página, primero en mi otro blog, y ahora, después de titubear al elegir un nombre queme pareciera adecuado, darle vida y espacio propio aquí. 

Tomo de Pandora Rebato,  una pregunta a la que, sin exprearlo tan bien como ella, le he dado mil vueltas:

¿De verdad creías que habíais dejado de follar porque dejásteis de entenderos? ¿No será, quizá, que dejásteis de entenderos porque dejásteis de follar? 

 Este es el subtítulo de su entrada del 15-03 en el blog que escribe en El Mundo

Puedes leer más en 

'¿Podemos vivir (en pareja) sin sexo?'

cuyo enlace completo es

 
 A los anteriores, añadimos otro de Sylvia de Béjar publicado en dos entregas, que trata elmismoproblema deforma más amplia, y con interesantes propuestas de sus comentaristas:


http://www.sylviadebejar.com/parejas-divertirse-o-%C2%BFmorir-i/


http://www.sylviadebejar.com/parejas-divertirse-o-%C2%BFmorir-y-ii/


Y con estos dos son cinco los post publicados sobre este asunto en marzo solo en los blogs de medios de gran "tirada",   sin contar los blogs particulares, que seguro que también haylos.
¿Será por los idus? ¿O porque la primavera sólo altera la sangre de uno de los dos, dejando la del otro impasible, con la consiguiente frustración del primero?

Para los que lo sufrimos es un verdadero problema, parece que no así para nuestras parejas, que tienen mil razones para esta conducta, o directamante no lo reconocen como un problema, o pasan de hablar de ello, y seguir a lo suyo.

No pretendo más que establecer un lugar para estar con otras personas en las que nos reconoceremos, con las  intercambiar opiniones sobre esto, y sentirnos en definitiva acompañados. 
Supongo que la mayor parte de nosotos,   no hablamos de esto con nadie de nuestro círculo habitual, o yo al menos no lo he hecho, ni nadie cercano me ha comentado nada más allá de los tópicos, bromas o anécdotas habituales ( follas menos que los casad@s)


Un abrazo solidario a tod@s los que os sintáis identificados. Aquí tenéis vuestra casa para lo que os parezca. Nos vemos